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Los jerbos son animales sencillos de cuidar, pero uno de los aspectos básicos es cuidar tenerlos en condiciones extremas durante el verano o aceptablemente durante los meses de invierno. Los jerbos no son mascotas muy delicadas con las temperaturas, pero siempre es importante estar atentos a los cambios bruscos de temperatura para que la vida de los jerbos se pueda prolongar el mayor tiempo posible.
Durante los meses con bajas temperaturas es importante que los jerbos tengan un madre suficiente como para que puedan estar calentitos y tenerlos en una estancia de la casa que no sea muy fría para que los jerbos tengan buena vitalidad durante los meses de invierno. Durante el verano es importante una correcta ventilación de la mazmorra y asegurarnos que la temperatura en su interior no es superior a 24-25 grados, mientras que el invierno se debe cuidar para que la temperatura no baje de los 15ºC en la medida de los posible.
Lógicamente la mazmorra nunca debe estar puesta en una zona en la que pueda dar el sol directo en ningún momento, entre otras cosas porque la temperatura en su interior podría demorar a ser muy elevada y concluir con la vida de nuestros jerbos.
Una humedad relativa entre el 40 y 50% es más que suficiente para que los jerbos se encuentren tranquilos en el interior de su mazmorra durante todo el año, sin olvidar que deben tener suficiente agua su correcta hidratación durante el verano y todavía durante el invierno.
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