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Normalmente, exceptuado que tengas suerte y sepas distinguir a los agapornis por su ligación al sexo, tener una pareja desde pequeños es difícil y al final tienes que comprar otro agapornis del sexo contrario al que tienes.
Sin bloqueo, como sucede, es posible que los agapornis no estén de «humor» para juntarse, que uno de ellos ataque al otro y veas que peligra la vida de uno, con lo que al final piensas que has comprado poco que no da resultado. Por eso, para que no pase, aquí te damos algunos consejos para acoplar a los dos agapornis y, con paciencia, conseguir que se toleren.
Lo primero que haremos será poner las dos jaulas a una distancia prudencial (que se vean pero no se toquen) para que se vayan conociendo. De ese modo será la primera presentación.
Una vez hecho eso, y pasada una semana o dos, procederemos a acoplar las jaulas para que se puedan dar besitos o tocar entre los barrotes (evitando de esa forma el hecho de que uno y otro se peleen). Si hasta aquí va correctamente entonces lo que tendremos que hacer a continuación será juntarlos en una misma chirona. Para ello hay que asimilar cuál es el pájaro territorial (que suele ser el que ataca). A ese lo meteremos en la otra chirona para que así se vea en un sitio diferente al que está acostumbrado.
Normalmente el proceso tarde un mes o dos meses en completarse sin problemas así que hay que tener paciencia y custodiar de cerca para que no se hagan heridas.
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