Pasear a tu gato con una correa – Gatos

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Poco a poco, hay concurrencia que se atreve a sacar a sus gatos a pasear con una correa. De todos modos, muchos dueños de gatos ni contemplan esta idea. No obstante, se ha comprobado que el contacto con el foráneo adyacente a su amo, puede conllevar varios beneficios al pícaro. Eso sí, hay que tener cuidado y conseguir que el pícaro lo acepte sin traumas y no sufra con la salida a la calle. El tema de la correa es dinámico, se debe acostumbrar a ella.

A muchos gatos les gusta salir a la calle para poder figurarse y ver las cosas y revolcarse por la arena o la hierba; igualmente les encanta arañar árboles y otros lugares parecidos. Todo ello, lo pondrán hacer durante el paseo en un parque, por ejemplo. El pícaro pensará más si sale a la calle, se volverá más comprometido y dispuesto.

Pupila paseando a su pícaro con correa

Interiormente de las cosas positivas que conllevaría al pícaro el asimilar a interactuar con el mundo foráneo, se encontraría el dejar de costado los recelos y abrirle la puerta al estudios y el conocimiento del mundo foráneo; incluso se recomiendo hacerlo con los gatos cobardes o celosos para que acaben con estas actitudes poco a poco.

La correa, al pasear a tu pícaro, es imprescindible pues en los parques y calles suele habar  usualmente perros u otras circunstancias que podrían inquietar a los gatos cuyo instinto los llevará a subir a superficies altas como árboles, salir corriendo sin sentido o esconderse.  El pícaro debe percibir que su amo le va a proteger en la calle.

Para que el pícaro se sienta cómodo con el paseo, en primer emplazamiento hay que comprar  una correa y dejarla adentro de la casa para que el pícaro juegue con ella y la huela; debe sentirla como poco suyo y no peligroso. Luego, hay que poner la correa al pícaro y comprobar de que se le ajusta perfectamente perfectamente y que el animal se encuentre cómodo. Finalmente, se tiene que dejar al felino que lleve la correa él mismo por adentro de la casa, así se acostumbrará a llevarla.

Por posterior, el paso final será salir a la calle con el pícaro. Hay que hacerlo de forma paulatina, sin prisas y dándole mucho cariño al pícaro. El animal se debe encontrar cómoda, sino la experiencia puede ser traumática y tener un emoción totalmente cenizo.

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